sábado, 9 de junio de 2012

"El Método"




El Método” es una película española, rodada en Madrid, ciudad en la que en uno de sus rascacielos se lleva a cabo una prueba de selección de candidatos para ocupar un importante puesto en la empresa Az-ca. Debido al método de selección utilizado el ambiente se llena de tensión y desconfianza que convierten la jornada en una dura y dudosa tarea.


El método utilizado es el método Grönholm, que cada vez se hace más famoso en América y cuyo procedimiento no es similar a ninguno que yo haya conocido. El espacio en el que se desarrolla la película se limita a una sala de reunión en la que los siete candidatos (de los cuales uno es un topo) tendrán que trabajar en equipo para no ser ellos los eliminados. Pero, ¿quién decide cual queda fuera?, serán ellos mismos los que valorarán a sus contrincantes y llegarán por consenso a acordar cual de ellos no merece el puesto en la empresa. El trabajo en equipo para eliminar a uno no deja a un lado la competición. La desconfianza inunda aquella sala claustrofóbica. Ninguno de ellos puede confiar en el otro, aunque irremediablemente dependen del resto para permanecer en la sala. Adoptan una actitud segura, hostil para mostrar al resto que el puesto es suyo haga lo que hagan, lo que crea una situación incómoda.


Todo lo anterior no es más que el resultado de una dura crítica hacia el ambiente laboral, crítica que se convierte en el objeto de la película, y que desgraciadamente queda demostrado. No importa sobre quién haya que pasar, cuanto más cruel, arrogante y egoísta sean más posibilidades tendrán de quedarse. Y es que la película no muestra más que la lucha por la supervivencia que mantienen los candidatos por ocupar el puesto dejándonos entender que no es el único caso. Y no son solo los candidatos, la propia empresa no busca más que seres sin escrúpulos que pasen sobre quien haga falta, si buscasen a alguien cualificado se bastarían en los curriculums, pero no es así.


Si tengo que destacar una de las pruebas, resaltaría aquella en las que cada uno de los seis candidatos, que ya quedaban, debían demostrar alguna capacidad diferente a la del resto, que estuviese reflejada en su curriculum, que le permitiese ser uno de los privilegiados, gracias a su exclusiva aportación, en permanecer en un refugio en el caso de una bomba nuclear o algo por el estilo que arrasase el mundo. Resalto esta prueba porque cada uno debía demostrar sus aptitudes sobre el resto, tales como la medicina, la construcción de una radio, la autoridad (referida a motivos políticos y organizativos, mal argumentada, ya que la preparación de los candidatos era empresarial, no política, pero aceptada), entre otras aptitudes. A la vez han de demostrar una capacidad de convicción y transmitir una gran seguridad que les haga creer al resto que son imprescindibles, y es ahí donde demuestran sus actitudes, aunque no todas son óptimas. De las actitudes que toman como óptimas destacaría la seguridad, la discreción y la sinceridad. Luego podemos encontrar actitudes machistas, violentas y desleales que clasificaríamos como negativas. Fernando (Eduard Fernández) muestra más actitudes negativas que positivas, aunque posea una gran seguridad producto de la experiencia no parece haber aprendido mucho a trabajar en equipo, y, a pesar de la diversidad de opiniones, yo diría que Nieves (Najwa Nimri) adopta la mejor actitud, aunque fría y distante, la caracteriza su discreción y el mantenerse al margen es lo que la hace llegar hasta el final. Referido a las aptitudes todos estaban muy bien preparados para ocupar el cargo, los idiomas, la experiencia y la cultura eran tres elementos muy presentes en la sala. La prueba más insensata, en mi opinión, es la trampa que le tiende el topo a Enrique, aunque este debería de haber reaccionado de otra manera, me parece una situación muy forzada.


Los dos últimos candidatos no son los más cualificados, y por su juventud no son los que gocen de una mayor experiencia, pero son los más aptos para sacar la empresa hacia delante, porque han sido capaces de derrotar al resto, y en un mundo donde la globalización en lugar de favorecer afecta a muchísimas personas, donde la ambición es el principal motor, donde todo se convierte en una constante lucha presidida por la violencia, en esto a lo que llamamos desarrollo y avance, se necesita a gente así para salir hacia delante (a nivel empresarial).


Mi opinión es que han sabido reflejar perfectamente todo esto y me encanta donde sitúan la reunión, donde ni siquiera llega a escucharse la indignación de tantas personas que participaban en aquella manifestación contra la globalización, es un claro símbolo del poder de las grandes empresas y de lo que a éstas les importa la opinión de los ciudadanos. Me gustaría dejar claro que aunque generalice aún pienso que existen muchas empresas decentes y solidarias que miren por el beneficio común, aunque creo que no son las más poderosas.